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Psicopolitica
Los llamados “lavados de cerebro”, practicados a nivel individual, se consideran como una práctica psicopolítica cuando se los aplica a nivel masivo. Julio Meinvielle escribió: “El primer material sobre Psicopolítica fue hecho conocer en los Estados Unidos en el año mil novecientos cincuenta y cinco por Converses Stickley y después en mil novecientos cincuenta y seis por Kenneth Goff, quienes hicieron conocer realmente exactamente el mismo texto utilizado por el poderoso policía de la Unión SoviéticaLavrenti Beria". Ante la necesidad del socialismo soviético de crear el “hombre nuevo”, se procuran métodos sicológicos para la adaptación del hombre renuente a ese objetivo y asimismo para procurar avasallar a los países contrincantes. En el Manual respectivo puede leerse: “La psicopolítica es el arte y la ciencia de conseguir y sostener un dominio sobre el pensamiento y las convicciones de los hombres, de los funcionarios, de los organismos y de las masas, y de conquistar a las naciones contrincantes por medio del «tratamiento mental»” “Nuestro primer paso definitivo es generar el caos máximo en la cultura oponente. Nuestros propósitos fructifican en el caos, en la falta de confianza, en la crisis económica y en la confusión científica”. “El psicopolítico debe esmerarse para generar el caos máximo en el terreno de la «cura mental». Debe reclutar y emplear todos y cada uno de los organismos y medios libres de la «cura mental». Debe trabajar empeñosamente para acrecentar sus agentes y sus elementos hasta el momento en que, para finalizar, toda la rama de la ciencia siquiátrica esté minada por los principios y los objetivos comunistas”. Además de la técnica citada, puede incluirse en la psicopolítica la destrucción del significado de las palabras. Eric D. Butler escribió: “En mil ochocientos noventa y seis el enorme pensador francés, Gustave Le Bon, publicó su pequeña mas muy importante obra “La sicología de las multitudes”, en la que hacía apreciar que la mayor parte de las revoluciones se han hecho mudando el significado de las palabras, de lo que ha resultado una confusión de ideas. Una cantidad de gente repite sin meditar ciertas consignas premeditadas sin caer en la cuenta de sus auténticos alcances” (De la Introducción de “Psicopolítica”). Friedrich A. Hayek advirtió este proceso manipulador: “Si no se ha pasado personalmente por la experiencia de este proceso, es bastante difícil querer la magnitud de este cambio de significado de las palabras, la confusión que causa y las barreras que crea para toda discusión racional. Hay que haberlo visto para entender de qué forma, si uno de 2 hermanos abraza la nueva fe, tras un breve tiempo semejan charlar lenguajes diferentes, que impiden toda comunicación real entre ellos. Y la confusión se agudiza por el hecho de que este cambio de significado de las palabras que expresan ideales políticos no es un hecho apartado, sino más bien un compromiso progresivo, una técnica empleada consciente o bien de manera inconsciente para dirigir al pueblo. De forma gradual, conforme avanza este proceso, todo el idioma es saqueado, y las palabras se convierten en cascarillas vacías, desprovistas de todo significado definido, tan capaces de designar una cosa como su contraria”. En el Manual de Psicopolítica usado en la URSS se advierte la idea colectivista de eludir toda actitud individualista negando objetivos particulares y considerando la sociedad como una persona que precisa de la cooperación de sus órganos para poder vivir de forma plena. El individualismo se considera como una enfermedad mental que ha de ser combatida o bien eliminada. “Así como vimos que un individuo se enferma cuando cada uno de ellos de sus órganos deja de marchar para el conjunto, de esta manera asimismo verificamos que el Estado se enferma cuando los individuos no obedecen a reglas estrictamente codificadas y compulsivas”. “Hubo ciertos que, en temporadas menos ilustradas, indujeron al Hombre a opinar que los objetivos son los que cada uno de ellos se fija y persigue por cuenta propia, y que realmente el impulso total del Hombre cara cosas superiores procedía de la Libertad. Debemos rememorar que esos que profesan tal filosofía fueron asimismo quienes sostuvieron al Hombre en el mito de la existencia espiritual”. “Los objetivos estatales han de ser elaborados por el Estado para conseguir la obediencia y colaboración de cada miembro del Estado. Un Estado sin objetivos de esta manera establecidos es un Estado enfermo. Un Estado sin el poder ni el deseo de hacer cumplir sus objetivos es un Estado enfermo. Cuando el Estado marxista da una orden, y no es obedecido, la consecuencia es una enfermedad. Cuando la obediencia falla, las masas sufren”. “Los objetivos del Estado dependen de la fidelidad y la obediencia para su realización. Cuando los objetivos del Estado pretenden ser interpretados, se debe a que han interferido la tozudez, la ansía, la vagancia, o bien el individualismo fiero y la iniciativa ególatra. Se verificará que los fines del Estado han sido obstruidos por alguna persona cuya deslealtad y desobediencia son resultado directo de su desubicación en la vida”.“No siempre y en todo momento es indispensable quitar a dicho individuo. Es posible destruir sus tendencias opuestas a los objetivos y al beneficio del conjunto. Los métodos de la psicopolítica se extienden desde la supresión del individuo mismo hasta la pura exterminación de las tendencias que motivan su falta de cooperación” (Capítulo cuatro). El contenido del manual dado a conocer en Estados Unidos por Kenneth Goff, consta de los próximos capítulos: En un libro titulado exactamente “Psicopolítica” (Editorial Herder dos mil catorce), el pensador Byung-Chul Han asocia el empleo, por la parte de campos del liberalismo, de técnicas afines a las citadas.La psicopolítica es, conforme Han, aquel sistema de dominación que, en vez de emplear el poder opresor, usa un poder seductor, inteligente (smart), que logra que los hombres se sometan por sí solos al entramado de dominación. En este sistema, el sujeto sometido no es siendo consciente de su sometimiento. La eficiencia del psicopoder se encuentra en que el individuo se cree libre, cuando realmente es el sistema el que explota su libertad. La psicopolítica se sirve del Big Data el que, como un Big Brother digital, se apodera de los datos que los individuos le entregan de forma efusiva y voluntaria. Esta herramienta deja hacer pronósticos sobre el comportamiento de las personas y condicionarlas a un nivel prerreflexivo. La expresión libre y la hipercomunicación que se propagan por la red se transforman en control y vigilancia totales, conduciendo a una genuina crisis de la libertad. Conforme Byung-Chul Han, este poder inteligente podría advertir aun patrones de comportamiento del inconsciente colectivo que darían a la psicopolítica un control ilimitado. Nuestro porvenir va a depender de que seamos capaces de servirnos de lo inútil, de la peculiaridad no cuantificable y de la idiotez –dice incluso– de quien no participa ni comparte.Origen y definición
Otras formas utilizadas
Objetivos colectivos y obediencia
Contenido del Manual de Psicopolítica
Psicopolítica y liberalismo
Véase también
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