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Psicología fractal
El pensamiento de la Sicología Fractal se basa eminentemente en los desarrollos de Wilhelm Reich (análisis del carácter), Alexander Lowen (Bioenergética), Stanley Keleman (Formative Psychology), Edgar Morin (pensamiento complejo), Ann Schützenberger (Psicogenealogía), la obra y las investigaciones de Antonio Damasio, Boris Cyrulnik, Héctor Fiorini, Rubén Zukerfeld y José Bonet, entre otros; como en el aporte de la Psiconeuroinmunoendocrinología (PINE). La Sicología Fractal se apoya sobre una base reichiana, que revisa; incorpora desarrollos de autores postreichianos, que trasciende; reconoce la necesidad del aporte de otras disciplinas, que integra. De ello resulta un encuadre singular, un desarrollo teorético-práctico-metodológico que la identifica. La primera repercusión es la de Wilhelm Reich (mil ochocientos noventa y siete-mil novecientos cincuenta y siete), quien fuera en un inicio acólito de Sigmund Freud. Reich desarrolló un encuadre llamado Orgonomía o bien Vegetoterapia caractero-analítica. Por sus investigaciones y por su técnica clínica del análisis del carácter, este autor es considerado el “padre” de las terapias psico-anatómicos. No obstante, el encuadre fractal no es solo psico-anatómico ni solo una evolución de la Vegetoterapia reichiana. En rigor, toma ciertos elementos de Reich mas examina otros, esenciales, del autor. Particularmente, hay 2 ideas que el pensamiento fractal cuestiona de este paradigma: el término reichiano de identidad funcional y la lectura de la persona y de su estado (proceso) de salud-enfermedad desde la visión funcional-económica reichiana. Reich propuso que la memoria no se restringe al cerebro y se puede charlar de una memoria muscular que sostiene fijada la energía en el organismo. Esta fijación evita que la persona desarrolle nuevas formas de enfrentar los enfrentamientos y la vida generalmente. Reich introduce el término “coraza” para referirse a estas fijaciones que son tanto psíquicas como corporales: la coraza caracterial se refiere al conjunto de conductas, rasgos y actitudes que marchan como una totalidad neurótica protectora. Reich identifica diferentes géneros de carácter y su correlato anatómico, la coraza muscular. Tanto la coraza caracterial como la muscular desempeñan exactamente la misma función en el aparato psíquico y pueden influirse y sustituirse mutuamente puesto que existe entre ellas una relación de identidad funcional, tal y como Reich la llamó. Para el encuadre fractal ya no es posible, como postula Wilhelm Reich, una lectura general recia de la persona dependiendo de la estructura de carácter que presenta y de las corazas en relación de identidad funcional. Beatriz Frouté apunta que la mirada fractal se ubica en la forma en que las diferentes corazas, las diferentes estructuras que sí son patrones comunes de funcionamiento, se presentan con configuraciones particulares en todos y cada uno de ellos de los pacientes. Esto es, a la persona se la puede dividir en partes y aspectos parciales, singulares, y entender cada aspecto de ella como miembro de una unidad funcional particular. No obstante, no por este motivo todos de sus sistemas tienen identidad funcional, sino de esta unidad funcional brotan micro-funcionamientos que alteran la totalidad, esto es, el fractal que se forma como persona. En el funcionamiento y estructuración del humano se observan perturbaciones que no se traducen en identidad funcional sino más bien en relación funcional. Este desplazamiento en el término original reichiano supone que al mudar un nivel se producirían perturbaciones en los diferentes sistemas: endocrino, inquieto, inmune, psíquico, estructural (en concepto de fenotipo). Para el encuadre fractal, estas perturbaciones son de bastante difícil lectura puesto que la articulación entre ellas está atravesada por las emociones, las sensaciones, la cultura, la nutrición y los hábitos de cada persona, entre otros muchos factores. De allá que en la clínica y en el proceso terapéutico no se puedan establecer relaciones estrictas funcionales sino más bien posibles articulaciones y preguntas para cada persona, sobre qué la llevó a construirse de la forma en que lo hizo. Hay una correspondencia entre la coraza y las funciones psíquicas, mas no es lineal como Reich la plantea sino más bien asociada: se trata de patrones de funcionamiento que afectan a los sistemas, tal y como puede verse desde la PINE, de lo que resulta que el sistema se ve perjudicado en su totalidad. Desde el encuadre fractal no existiría identidad funcional en términos rigurosamente reichianos sino más bien estructuración compleja de la persona con diferentes niveles de afectación. Reich postula que la salud de una persona se mide desde la posibilidad que tenga o bien no de conseguir clímax a lo largo del acto sexual. Para el creador, esto es un indicador de su posibilidad de entrega, relajación, confianza y vulnerabilidad. Para el encuadre fractal este factor deja fuera del análisis a las nuevas estructuras caracteriales y funcionales, como los caracteres borderline, psicopáticos y también impetuoso, que no manifiestan tener inconvenientes en llegar a clímax en el momento de vivir su amedrentad genital; mas no consiguen la entrega, la empatía, la compasión y el sentimiento de culpa y vergüenza como emociones esenciales en el momento de relacionarse con las otras personas. Desde la Sicología Postreichiana, otros aportes basan el encuadre fractal. Autores postreichianos como Alexander Lowen y, singularmente, Stanley Keleman son una repercusión incontrovertible en la construcción de este encuadre en lo relativo a la lectura y también interpretación biofísica de las personas. Sin embargo, en el encuadre fractal no todo es psico-corporal; de otra forma, no sería un abordaje integral. El pensamiento complejo de Edgar Morin es central en la plataforma filosófica del encuadre fractal. Morin despliega un término de dificultad que se opone a la división disciplinaria y que fomenta un enfoque holístico, mas sin desamparar la noción de las partes constituyentes totalmente. La dificultad de Morin es como un tejido de fenómenos azarosos, acontecimientos, acciones, interactúes, retroacciones, determinaciones y azares de configuran el planeta de lo fenoménico. El pensamiento complejo es una estrategia para conseguir la inteligibilidad de ello y de esta forma englobar lo difícil, el desorden, la vaguedad y la inseguridad. Allá interesa la capacidad de la persona para interconectar diferentes dimensiones de lo real; puesto que en frente de hechos o bien objetos multidimensionales, con componentes azarosos o bien azarosos, el individuo se ve forzado a desarrollar una estrategia de pensamiento que no sea ni reduccionista ni totalizante, sino más bien reflexiva. Esta capacidad reflexiva es el pensamiento complejo. Es preciso en tanto y cuando los límites, las insuficiencias y las faltas de un pensamiento simplificante aparecen, pues este deja de ser suficiente para englobar la totalidad-dificultad. Aunque el pensamiento complejo es total, completo y multidimensional, al unísono se reconoce en lo dudoso y lo incompleto. Precisamente por eso es capaz de conversar con lo real. El hombre no es extraño a la dificultad. Es un ser biológico mas asimismo cultural metabiológico y está inmerso en un cosmos de lenguaje, ideas y conciencia. El paradigma del pensamiento simplificador lleva a desunir el estudio del hombre, a hacerlo menos complejo, estudiándolo por partes: lo biológico, lo anatómico, lo sicológico, lo cultural; todo separadamente, y olvida que el hombre es una totalidad y que no hay una parte sin la otra. Para englobarlo hace falta un nuevo procedimiento, pues un procedimiento tradicional, para conocer, aparta. En cambio, el pensamiento complejo contextualiza, globaliza y relaciona lo que está separado. Articula los principios de orden y desorden, de separación y de unión, de autonomía y dependencias. El alegato de Morin descansa en la transdiciplinariedad, la reconstrucción y centralidad del sujeto. Para él, se hace preciso reaprender a ver, a concebir, a meditar y a actuar; en ese orden. La Sicología Fractal, en tanto encuadre, sería una teoría eficaz en los términos que describen Stephen Hawkins y Leonard Mlodinow en su obra El enorme diseño. Ellos apuntan que para la mayor parte de los científicos “una ley natural es una regla basada en una regularidad observada y que da predicciones que van alén de las situaciones inmediatas en que se ha basado su formulación”. No obstante, asimismo advierten que no todas y cada una de las generalizaciones que se observan pueden ser consideradas leyes, y que la mayor parte de las leyes existen como una parte de un sistema mayor de leyes que están mutuamente interconectadas. “Las leyes son elaboradas en términos matemáticos. Pueden ser precisas o bien aproximadas, mas debe haber demostraciones que prueben que se cumplen sin salvedad, universalmente o bien cuando menos bajo un conjunto estipulado de condiciones”. Frouté toma de estos autores que “no habría imagen ni teoría independiente del término de realidad”, lo que lleva a emplear el término de realismo dependiente del modelo. Dicho término hace referencia a que una teoría física o bien una imagen del planeta es un modelo (en general matemático) más un conjunto de reglas que relacionan los elementos del modelo con las observaciones. Ello da un marco desde el que interpretar la ciencia moderna. Asimismo, Hawkins y Mlodinow asimismo proponen que el libre arbitrio impide que se puedan reglar las relaciones con las otras personas y con los objetos con los que interaccionamos. El determinismo científico no se cumple en estos casos. Sentimos, pensamos que podemos seleccionar lo que hacemos, mas al entender las bases moleculares de la biología vemos que los procesos biológicos sobre los que charlamos están reglados por las leyes de la física y la química (estructuradas de manera simbólica por nosotros), tan reglados y estructurados como el sistema solar. En este marco, semeja razonable meditar que el resultado final está determinado por una trama tan difícil, con tantas variables, que resulta imposible pronosticarlo. Y como no se puede pronosticar usando las leyes de la física, se usa lo que se llama una teoría efectiva: un modelo creado para explicar ciertos fenómenos observados sin precisar describir los procesos latentes. El encuadre fractal representa un cambio paradigmático en la forma de abordar a las personas en sus procesos de salud-enfermedad. Conforme con Frouté, este encuadre aspira conseguir en los individuos -así sean terapeutas o bien pacientes- el nivel de autorreflexión que deja objetivar los propios paradigmas y de esta forma cuestionar su condición autovalidante. Esto se aplica asimismo al cuestionamiento y la revisión del propio paradigma de la Sicología Fractal. La Psicoterapia Fractal es el desarrollo clínico de la Sicología Fractal. En la clínica fractal los procesos terapéuticos se abordan desde una mirada extensa y compleja mas, al unísono, centran el trabajo en aspectos puntuales y a corto plazo. Conforme con la doctora Frouté en la fase diagnóstica el sicólogo fractal observa el estado general de la persona en lo referido a 3 aspectos: Para la Psicoterapia Fractal el carácter forma parte de las dimensiones que, así como otras, hacen a la peculiaridad de cada individuo. El carácter es el “cómo” de la persona: de qué manera se mueve en el planeta, de qué manera son sus vínculos, de qué forma habla, de qué forma se sienta, de qué forma se manifiesta. En la clínica fractal no solo interesa qué afirma la persona sino más bien asimismo de qué forma lo afirma.Reconocer la forma individual y particular de marchar en el planeta es el paso inicial para alterarla en aquellos aspectos que se reconocen como disfuncionales. En la clínica fractal el trabajo es interdisciplinario. Es la forma por antonomasia, constitutiva del enfoque, de enfrentar los procesos terapéuticos. La terapia, en mayor o bien menor medida, va alén del encuentro con el analista. En cierto instante del proceso, el terapeuta fractal deriva al paciente a diferentes profesionales médicos (quinesiólogos y fisioterapeutas, dietistas, endocrinólogos, neurólogos, osteópatas, quiroprácticos, entre otros muchos) o bien sugiere la realización de actividades anatómicos o bien expresivas (artes marciales, deportes, meditación, baile, biodanza, yoga, tai chi, chi kung, travesía, trekking, entre otras muchas), siempre y en toda circunstancia en las posibilidades económicas, físicas y sensibles de la persona y siempre y en todo momento a los fines de facilitar o bien favorecer un determinado proceso en el paciente. Las actividades se efectúan paralelamente a las del espacio clínico, siendo complementarias una de la otra. Se una parte de la premisa reichiana de que “el cuerpo contiene recuerdos que no existen en la psique consciente”. A lo largo del trabajo clínico, esto quiere decir que si una inhibición del carácter no responde a la repercusión del trabajo psíquico, se trabaja la actitud anatómico pertinente (somática) y a la inversa; en el momento en que una actitud muscular perturbadora resulta bastante difícil de alterar, se trabaja sobre lo caracterológico a fin de que esta ceda. Sin embargo, "si bien este principio general reichiano es válido para la Psicoterapia Fractal, el trabajo clínico que se efectúa es muy, muy diferente al de la clínica reichiana tradicional y no puede considerarse una pura evolución de ella, sino más bien propio del encuadre fractal". De pacto con Beatriz Frouté para el analista fractal la persona puede ser abordada desde sus múltiples dimensiones: Para el terapeuta, el análisis de las precedentes dimensiones brinda información relevante sobre la persona. Jamás se trata de datos apartados, puesto que la información cobra sentido en la totalidad. Desde estas dimensiones, el abordaje integral de la Psicoterapia Fractal engloba 5 áreas principales: El trabajo terapéutico sobre cada área tiene el potencial de convertir a la persona en su totalidad. El objetivo esencial de la clínica fractal es devolver al individuo la funcionalidad. Esto es, que la persona alcance el mayor grado de funcionalidad en la mayor cantidad de dimensiones de sí y en la mayor cantidad de áreas del abordaje terapéutico, sea a lo largo de su proceso con el analista o bien a posteriori. En consonancia con esta meta esencial, la Psicoterapia Fractal busca que la persona alcance un grado significativo de autoconocimiento, autorregulación y propiocepción que le dejen seguir su proceso de forma autónoma una vez terminado o bien descuidado el tratamiento, en lo que sería una continua adaptación creativa a la realidad –en términos de Fiorini- permitida por el desarrollo de una visión crítica de sí que le deja ser autentica y coherente consigo misma. El restablecimiento de la funcionalidad en diferentes dimensiones de la persona y áreas de abordaje de la Psicoterapia Fractal implica lo siguiente: En el abordaje de la conflictividad humana, la Psicoterapia Fractal supone que la persona hizo lo que pudo, literalmente, en un ambiente cariñoso, con la meta de amoldarse y de este modo poder enfrentar su proceso vital.Esta mirada adaptacionista acepta la existencia de nosologías tal y como se describen en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (manual DSM-cinco) mas efectúa un ajuste desde una visión funcionalista, adaptacionista y activa. El encuadre fractal examina y trabaja lo que se llama “patología” desde un abordaje caractero-sensible, con el agregado de la revisión de paradigmas y también ideología latentes en la persona, sumado a un trabajo sobre su estructura anatómico. Este trabajo integral tiene el potencial de producir un cambio significativo en concepto de que el funcionamiento que el individuo trae a la clínica, ese que se llama “patológico”, se altera. La persona puede alterar patrones de funcionamiento en los límites que le impone su bioestructura –de pacto con el término de Stanley Keleman- y todo cuanto su genética le haya fijado como inmodificable, puesto que sí existen límites y son estos. Alén de esos límites, la Psicoterapia Fractal estima que todo lo demás en la persona son potencialidades que, bajo ciertas condiciones, pueden ser activadas. El encuadre fractal no ignora nosologías, las aborda desde una mirada o bien concepción adaptativa funcional por contexto. No las considera estructurales-estáticas sino más bien funcionalistas-activas. La Psicoterapia Fractal aspira corregir el funcionamiento de la persona a fin de que pase de un estado patológico disfuncional a otro funcional. Esto es, a un estado en el que la persona con rasgos patológicos altera, ajusta, toma conciencia, objetiva y reconoce como semejantes a esos rasgos. De esta forma, pese a tener peculiaridades patológicas, puede salir del terreno de lo patológico. Los factores fractales en el momento de meditar a una persona como sana o bien enferma son los de funcionalidad, disfuncionalidad y inventiva. Una persona sana es la que puede efectuar un proyecto de vida y, mejor todavía, estimar su vida como un proyecto. La adaptación creativa –en términos de Fiorini- le deja un funcionamiento sin dolor: el individuo puede ser actor y constructor de su vida en un proceso de coautoría permanente; en tanto que su consciencia de sí –el término es de Damasio- le deja situarse en un tercer desde donde observar y observarse en el interjuego de la vida. Asimismo, una persona sana es la que puede tener una vida socialmente activa con un proyecto de vida interesante para sí; en donde sus emociones están libres y asimismo su conocimiento de sí, elementos que le dejan regular sus diferentes estados psicoemocionales-caracteriales y hacer periódicamente un autodiagnóstico (por medio de sesiones de sensopercepción), que además de esto le dejan reconocer el estado de su sistema general (a través de técnicas de masaje y de movimiento sensoexpresivo), todo lo que le da una pauta de su estado general. Desde el encuadre fractal, estos son indicadores de un grado de salud significativo. Todo ello implicaría no tener un carácter recio y sí contar con de una coraza muscular flexible y mecanismos de resiliencia -en concepto de Cyrulnik y Zukerfeld- que le dejan encarar contrariedades y salir airosa de ellas. El encuadre fractal comprende por enfermedad a la condición de una persona que disfunciona: tiene una coraza caractero-sensible recia, no puede ser siendo consciente de sí o bien, lo que es exactamente lo mismo, no puede objetivarse; se halla de manera profunda identificada con su meditar, sentir y actuar y no puede tomar distancia de ello para poder desarrollar una actitud crítica cara sí misma; crear no está en sus aspiraciones, la reiteración de hábitos y rutinas hacen de su vida algo predecible y la inventiva –en términos de Fiorini- no es un valor esencial para ella; tiene una escasa vida social, somatizaciones y síntomas distintos que para ella no tienen explicación ni historia, con una narrativa de la que no consigue salir, inflexible y autojustificadora de su activar y meditar.Influencia de la sicología reichiana y artículo reichiana
Revisión del término de identidad funcional reichiana
Revisión del criterio reichiano de salud
Influencias filosófico-epistemológicas
El pensamiento complejo
La teoría efectiva
Dimensiones la persona en el abordaje fractal
Áreas del abordaje fractal