Enciclopedia/Diccionario de Psicología y Neurociencias:
ıllı Psicología evolucionista de la religión wiki: info, libros pdf y vídeos
- Detalles
- Categoría: PSICOLOGIA (WIKINFO)
Psicología evolucionista de la religión
Los antropólogos cognitivos Dan Sperber y Scott Atran mantienen que la cognición religiosa representa un subproducto de numerosas adaptaciones evolutivas, incluyendo la sicología del los pies en el suelo y violaciones intencionales de esperanzas innatas sobre como el planeta está construido (por servirnos de un ejemplo, seres incorpóreos con pensamientos y emociones), que hacen a las cogniciones religiosas particularmente atractivas. En su libro Religion Explained (La religión explicada), Pascal Boyer trata críticamente estas ideas y sugiere que no hay una explicación simple para la conciencia religiosa. Justin L. Barrett, colega de Boyer, sugiere en Why Would Anyone Believe in God? (¿Por qué razón alguien tendría que pensar en Dios?) que la creencia en Dios se da de forma natural pues depende de herramientas cognitivas compartidas por todos y cada uno de los humanos. Barrett estima que la manera en que nuestras psiques se estructuran y desarrollan hacen que la creencia en un dios supremo con propiedades como ser omnisapiente, inmortal y omnipotente sean enormemente atractivas. Este autor asimismo equipara la creencia en Dios con la creencia en otras psiques, y dedica un capítulo a la sicología evolucionista del ateísmo. Hay pacto general entre los científicos sobre el hecho de que una tendencia a implicarse en comportamientos religiosos evolucionó de manera temprana en la historia humana. No obstante, hay disconformodidad sobre los mecanismos precisos que impulsaron la evolución de la psique religiosa. Hay 2 teorías enfrentadas. Una es que la religión evolucionó por selección natural, en tal caso la religión habría conferido algún género de ventaja adaptativa. La otra estima que las opiniones y conductas religiosas habrían aparecido como subproductos de otros rasgos adaptativos sin ser originalmente escogidas por sus beneficios evolutivos intrínsecos. Richard Sosis y Candace Alcorta han reseñado las teorías sobresalientes sobre el valor adaptativo de la religión. Múltiples de estas son "teorías de la solidaridad social", que comprenden que la religión ha evolucionado para prosperar la colaboración y la cohesión en los conjuntos. Por su parte, pertenecer a un conjunto habría concedido beneficios como acrecentar las ocasiones de un individuo de subsistir y reproducirse. Estas teorías de la solidaridad social pueden asistir a explicar la peligrosa y dolorosa naturaleza de abundantes rituales religiosos. La teoría de la señalización costosa sugiere que esta clase de rituales pueden actuar como señales públicas y bastante difíciles de impostar de que el compromiso individual con el conjunto es franco. Puesto que se conseguirían notables beneficios si se consiguiera mentir al sistema - tomar ventaja de las ventajas y derechos de la vida en conjunto sin adjudicarse ninguna de sus obligaciones -, la práctica ritual no sería tan fácil de poder ser tomada de forma ligera. La guerra es buen ejemplo de costo en la vida en grupo: Richard Sosis, Howard C. Kress, y James S. Boster realizaron una investigación transcultural que probó que los hombres que pertenecen a sociedades que entran en guerra se someten a los rituales más costosos. Estudios que muestran asociaciones directas más positivas entre las prácticas religiosas y la saludad y la longevidad resultaron más controversiales. Harold G. Koenig y Harvey J. Cohen resumieron y examinaron los resultados de cien estudios de patentiza que examinaban de manera sistemática la relación entre religión y bienestar humano, encontrando que el setenta y nueve por ciento de ellos mostraba una repercusión positiva. Estos estudios son populares en los medios, si bien se sostiene el discute sobre la valía de estos descubrimientos, que en la mayor parte de los casos no necesariamente prueban una relación directa de causa y efecto entre religión y salud. Esta hipótesis fue propuesta en un inicio por el biólogo Stephen Jay Gould. Así como la paleontóloga Elisabeth Vrba plantearon el término exaptación en mil novecientos ochenta y dos para referirse a "rasgos que hoy en día mejoran el fitness, mas que no fueron diseñados por la selección natural para cumplir este rol". Gould y Richard Lewontin equipararon semejantes rasgos a las secas, "un término arquitectónico para los espacios excedentes entre elementos estructurales de un edificio". Una explicación más completa de esta metáfora puede encontrarse en el artículo de mil novecientos setenta y nueve de Gould y Lewontin, "Las secas de San Marco y el Paradigma Panglossiano: una crítica del programa adaptacionista". Gould cita la religión como ejemplo de exaptación, al tiempo que no se refiere a ningún rasgo mental de forma especial que crea que fuera formado por selección natural. Mienta, no obstante, la sugerencia de Freud de que el importante tamaño de nuestros cerebros, que han evolucionado por otras razones, derivó en la conciencia. El inicio de la psique consciente ha forzado a los humanos a tener que hacer frente al hecho de la propia mortalidad, y la religión podría formar una solución a este inconveniente.Otros estudiosos han propuesto procesos sicológicos concretos que pudieron haber sido cooptados para el comportamiento religioso. Pierre Lienard y Pascal Boyer sugieren que en los humanos ha evolucionado un "sistema de cautela de riesgos" que nos dejaría advertir potenciales amenazas en el ambiente y contestar de forma apropiada. Numerosas peculiaridades del comportamiento ritual, normalmente un aspecto esencial de la religión, son sostenidas para conseguir disparar este sistema. Esto implica producir la ocasión favorece para el ritual, dirigirlo cara la prevención o bien supresión de un riesgo o bien mal, enfatizar el daño que resultaría de no efectuar el ritual, y formalizar las detalladas proscripciones para una adecuada realización del mismo. Lienard y Boyer discuten la posibilidad de que exactamente el mismo sistema de cautela de riesgos haya proveído beneficios adaptativos, y que la religión entonces "asocie ansiedades individuales y también inmanejables con acciones ordenadas con otras personas, que en consecuencia las volvería más aceptables y significativas". Justin L. Barrett ha propuesto una situación afín. Sugiere que hay un módulo mental básico en nuestros cerebros que corresponde al Mecanismo Hiperactivo de Detección de Agencia, otro sistema potencial para identificar riesgo. Este mecanismo proporcionaría un beneficio en la supervivencia incluso cuando resulte sobre-sensitivo: siempre y en toda circunstancia es mejor evadir un depredador imaginario que ser asesinado por uno real. Esto tendería por su parte a alentar la creencia en espectros y espíritus. Richard Dawkins ha sugerido en El gen ególatra que las unidades de evolución cultural marchan como los genes en tanto que están sujetos a procesos de selección natural; llamó a estas unidades "memes". Conforme esta perspectiva, la psique humana es entendida como un vehículo de portación de memes, los que se reproducen y mueren conforme sus destrezas para colonizar psiques en un ambiente competitivo. En La ilusión de Dios Dawkins arguye que dado a que las verdades religiosas tienen la característica de no poder ser cuestionadas, su naturaleza estimula a las religiones a extenderse como "virus mentales". Este modelo implica que la religión es un subproducto de los módulos cognitivos del cerebro humano que aparecieron anteriormente con el objetivo de tratar inconvenientes evolutivos de supervivencia y reproducción. Los primeros conceptos de agentes sobrenaturales pudieron haber emergido por la tendencia de los humanos de "sobredetectar" la presencia de otros humanos o bien depredadores (durante un momento confundiendo una viña por una víbora). Por servirnos de un ejemplo, un hombre podría reportar que sintió algo que se aproxima ocultamente a él, mas que desaparece cuando mira a su alrededor. Relatos de estas experiencias son en especial probables de ser reproducidas y embellecidas debido a que incluyen descripciones de categorías ontológicas comunes (humano, instrumento, animal, planta, objeto natural) con propiedades contraintuitivas (humanos que son invisibles, casas que recuerdan que pasó dentro de ellas, etcétera). Estas historias resultan todavía más atractivas cuando están acompañadas por la activación de esperanzas no violadas de categorías ontológicas (casas que "recuerdan" activan nuestra sicología de la psique intuitiva). La presencia de cadáveres, por servirnos de un ejemplo, produce un estado cognitivo incómodo en el que determinados módulos mentales (como el de identificación de personas y predicción de conductas) prosiguen marchando desajustados de la realidad, generando intuiciones incompatibles de que los fallecidos aún prosiguen presentes. Cuando esto brota paralelamente con la predisposición humana a ver la desgracia como un acontecimiento social (como la responsabilidad de alguien en lugar de como el resultado de procesos mecánicos) puede activar el módulo responsable de la "voluntad de hacer intercambios" de la teoría de la psique, resultando en la tendencia de los humanos de buscar interaccionar y negociar con los agentes sobrenaturales. En un conjunto suficientemente grande, ciertos individuos aparecerán como mejor calificados o bien más hábiles que otros para realizar estos rituales y se transformarán en especialistas. Como las sociedades tienden a medrar y a hacer contacto con otras sociedades, sobreviene naturalmente un estado de competencia y un efecto de "supervivencia del más capaz" que podría ocasionar que los practicantes alteren sus conceptos para llegar a una versión más abstracta y más extensamente admitida de los rituales o bien las creencias de tipo religioso asociadas. Ocasionalmente los practicantes especialistas formarían un conjunto unido o bien secta con objetivos políticos similares.La religión como una adaptación
La religión como subproducto