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Estado alterado de conciencia
Los estados de consciencia son estudiados por la medicina, la siquiatría, la sicología, la fisiología y las neurociencias, en angosta cooperación con la física para crear modelos explicativos del funcionamiento de la conexión sináptica en el cerebro. El procedimiento científico ha considerado los estados de consciencia perturbados desde una perspectiva fisiológica. En este sentido se han configurado modelos explicativos de la perturbación de consciencia, basados todos ellos en la activa de los neurotransmisores y de las áreas cerebrales que serían sobreestimuladas o bien infraestimuladas. Se presentó en dos mil trece una investigación en el que se recoge la primera grabación neuronal a lo largo de las meditaciones de éxtasis llamadas jhanas probando su papel en el sistema de recompensa del cerebro. Las Jhanas alteran los estados de conciencia (ASC) que implica importantes cambios en el cerebro. Particularmente, en la alegría no solo se asocia con la activación de los procesos corticales, sino más bien asimismo con la activación del núcleo accumbens (NAC) en el sistema de recompensa de dopamina / opiáceos. Tomados en conjunto, estos resultados prueban un supuestamente novedoso procedimiento de auto-estimulación de un sistema de recompensa del cerebro empleando procesos mentales internos únicamente en individuos enormemente capacitados. En conjunto, la multiplicidad de los estados del cerebro sugiere que puede haber una extensa gama de ASC libres mediante la meditación, en dependencia de qué zonas del cerebro se les da la conciencia, y que se abstienen de la conciencia. Si hay un elevado número de posibles ASC, probablemente solo ciertos tendrían valor de supervivencia. Por servirnos de un ejemplo, el estado de la unión mística con todos y cada uno de los seres podría ser útil en el promuevo de la colaboración con todas y cada una de las personas de la tribu, con lo que la evolución puede haber escogido ciertos de estos ASC para ser más de forma fácil aprendido y retenido.Sin embargo, exactamente el mismo argumento sugiere que la capacidad de auto-alentar el sistema de recompensa del cerebro sería disfuncional en la lucha por la supervivencia y la procreación, puesto que podría generar un cortocircuito del sistema que motiva las acciones de supervivencia. Los organismos que son especialistas en la autoestimulación morirían velozmente si no consiguen contestar a las demandas del entrecierro o bien para trasmitir sus genes. Una meditación que estimula el sistema de recompensa sin los efectos dañinos de la obesidad y el daño ambiental podría ser ventajoso en el entrecierro moderno. Por otra parte, una meditación que cortocircuita el deseo de conseguir una educación y trabajar por objetivos en un largo plazo podría transformarse en disfuncional. En vez de sencillamente estimulando el sistema de recompensa como contestación a los objetivos tradicionales de el alimento y el sexo, sería ventajoso para regular el sistema y se enfoque en los objetivos en un largo plazo que son más amoldables. Estos ASC podrían ser más útiles para el desarrollo humano que solo el alimento y el sexo. Con frecuencia, la inducción de estados perturbados de consciencia se ha usado para manipular a las personas y volverlas sumisas a la voluntad de otros. Para esto se recurre a procesos o bien substancias que inhiben las capacidades cognitivas de la víctima. Apoyos empleados secularmente son el apetito y la privación de proteínas, que generan confusión y credulidad, limitando la capacidad de raciocinio, y la privación del sueño, que causa agobio y confusión. Otra técnica es la privación sensorial en el Tanque de aislamiento sensorial de Lilly. Un ejemplo de esta manipulación es el fenómeno de los zombis. En mil novecientos treinta y siete la folclorista estadounidenseZora Neale Hurston conoció en Haití el caso de Felicia Felix-Guía, fallecida y sepultada en mil novecientos siete y a quien, no obstante, muchos lugareños aseguraban haber visto viva treinta años después transformada en zombi. Hurston se interesó por cotilleos que aseveraban que los zombis existían verdaderamente si bien no eran fallecidos vivientes sino más bien personas sometidas a drogas sicoactivas que les privaban de voluntad. El ingrediente primordial de la primera substancia, el coup de poudre, sería la tetrodotoxina (TTX), una toxina que se halla en el pez globo, que habita las costas del el país nipón y el Mar Caribe. La TTX, administrada en una dosis semiletal (LD50 de 1 mg), es capaz de crear un estado de muerte aparente a lo largo de múltiples días, en los que el sujeto prosigue consciente pese a todo. Otras fuentes charlan del empleo del estramonio o bien datura, que en Haití tiene por nombre concombre zombi, esto es, «pepino zombi».
En mil novecientos setenta y ocho fue publicado el libro «Altered States» que mostraba la busca y exploración de estados perturbados de conciencia. El libro fue seguido por la película de mil novecientos ochenta.
Después, en mil novecientos ochenta y dos, el etnobotánico canadienseWade Davis viajó a Haití para estudiar lo que pudiese haber de veras en la historia de leyenda de los zombis y llegó a la conclusión —publicada en 2 libros: The Serpent and the Rainbow (mil novecientos ochenta y cinco) y Passage of Darkness: The Ethnobiology of the Haitian Zombie (mil novecientos ochenta y ocho)— de que se podía transformar a alguien en zombi a través de el empleo de 2 substancias en polvo. Con la primera, llamada coup de poudre (en francés, literalmente, «golpe de polvo», un juego con las palabras con coup de foudre, que significa «golpe de rayo» y asimismo «flechazo» cariñoso), se induciría a la víctima a un estado de muerte aparente. Sus familiares y amigos la darían por fallecida y la sepultarían, y poco después sería desenterrada y revivida por el hechicero. En ese instante entrarían en acción la segunda substancia, una substancia sicoactiva capaz de cancelar la voluntad de la víctima.