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Complejo de Clitemnestra
Se trata de una resentida (o bien vengativa) compulsión de dañar al cónyuge, a base de infidelidades reiteradas, por la parte de la mujer, que acaban lesionando, seria o bien horriblemente, a la víctima engañada. En la mayor parte de casos la víctima muere a una edad temprana, perjudicada por alguna somatización inducida por los reiterados “castigos afectivos” de la adultera, que se sirve del apoyo de uno o bien múltiples “cornudos” para vencer o bien subyugar al cónyuge. Es sabido que se han dado casos de mujeres con complejo de Clitemnestra que usan la infidelidad para conseguir recursos materiales del cónyuge subyugado (o bien fallecido, prematuramente, debido a somatizaciones producidas por las infidelidades reiteradas). Esta actividad de maltrato, -empapada de fraudulencia aviesa y amedrentamiento-, es famosa como Timo de Clitemnestra. Las timadoras de Clitemnestra no solo emplean la técnica de maltrato, -a través de la infidelidad-, con sus cónyuges oficiales o bien legales. Muchas de ellas se especializan en conseguir recursos materiales de “cualquier hombre” que caiga en sus manos y desarrolle una relación cariñosa con ellas. Hacen del Timo de Clitemnestra una forma de lucrarse y ascender socialmente. Normalmente, las timadoras de Clitemnestra tienen marcados rasgos psicopáticos (sicopatía) o bien sádicos. En todo caso, tienen una personalidad de tipo “acechador” (“Van a la caza”). Son frías y/o atroces (aparte de muy seductoras). No vacilan en denunciar a sus víctimas, cuando estas caen presas de los celos que mismas se hacen cargo de provocar, cuando son “casualmente” descubiertas con algún cornudo casual. Las timadoras de Clitemnestra usan las pautas o bien pasos conductuales que se describen en el complejo, -para subyugar, dominar y atemorizar-, mas con el propósito añadido y premeditado de conseguir algún beneficio material. Inciso: Si bien el complejo de Clitemnestra es un programa interior que es parte de mujeres que, a lo largo de su niñez, fueron maltratadas por su progenitor, asimismo hay varones que emplean exactamente el mismo esquema conductual del “Timo de Clitemnestra” para lucrarse a costa de mujeres soluciones o bien, asimismo, para explotar a mujeres a las que “prostituyen”. El complejo de Clitemnestra decae en un Síndrome de Infidelidad Compulsiva(S.I.C) y/o en adicción sexual, cuando se practica más de una vez. Las mujeres perjudicadas por dicho síndrome son fóbicas al amor y recurren a la infidelidad para interrumpir los nudos cariñosos que se establecen y medran en la pareja. Frecuentemente, la fobia a sentir amor se debe a los malos tratos paternos recibidos por la parte de la mujer adultera a lo largo de su niñez y juventud. Se han dado casos de mujeres que de pequeñas fueron violadas o bien forzadas sexualmente por sus progenitores. El maltrato es, en general, la causa del resquemor y del temor o bien fobia al amor. Las mujeres y hombres perjudicados por el S.I.C acostumbran a llevar prácticas consideradas sexualmente promiscuas o bien, en ocasiones, prácticas sadomasoquistas (o bien las dos). Su inconveniente radica en la incapacidad o bien falta de valor para “cortar la relación cariñosa oficial” de una forma dialogada, pactada o bien negociada. Ello las lleva a destruir dicha relación a través de la infidelidad. Evidentemente, el resultado puede ser asolador, sobre todo, para la salud del cónyuge engañado y resto de familiares directos (hijos). En ciertas ocasiones, cuando el cónyuge descubre las infidelidades de su pareja cariñosa, se generan escenas de gran violencia que le arruinan la vida tanto al propio cónyuge engañado, como a la infiel mujer y al cornudo. El síndrome de la infidelidad apremiante no se da únicamente en individuos de sexo femenino. Existen muchos hombres que asimismo lo sufren (seguramente, aun más, pues se considera natural o bien sano el instinto hostigador en los machos). No obstante, asimismo ciertos machos presentan rasgos conductuales SIC cuando emplean, repetidamente, la infidelidad para timar, explotar sexualmente y lucrarse. Se puede advertir en ciertos proxenetas y “gigolós”, por poner un ejemplo. Las pautas conductuales en los hombres son idénticas a las de las mujeres y, además de esto, presentan un marcado rasgo hostigador de tipo sádico o bien psicopático, no obstante, la causa de su comportamiento es diferente y no se puede atribuir al maltrato paterno. Podríamos encontrar la causa del comportamiento enfermo y fraudulento en los machos, en parte, en el fenómeno del sexismo, el menosprecio al sexo contrario que se transmite de progenitores a hijos y, asimismo, en la compensación del complejo de inferioridad que experimentan muchos varones. Las víctimas de este síndrome, acostumbran a confundir palabras y conceptos, con el propósito de pasar inadvertidos o bien aparecer como víctimas. El S.I.C. es un trastorno que no aparece solo. Las personas que lo sufren acostumbran a presentar rasgos de otros trastornos como histrionismo, narcisismo, trastorno por dependencia cariñosa, etc. Entre ciertos hombres se da un comportamiento muy semejante al de las mujeres con complejo de Clitemnestra si bien, debido a la raíz patriarcal de nuestras sociedades occidentales, el maltrato y la infidelidad masculina ha sido, secularmente, mejor tolerada. No obstante, los machos que maltratan a sus cónyuges a través de la infidelidad, tienen exactamente el mismo corazón resentido que las inhibidas de Clitemnestra. La única diferencia radica en las causas de ese resquemor. En las mujeres se debe al maltrato paterno y en los hombres, seguramente, se deba a un trato manipulatorio y preferente por la parte de la madre y, en ciertos casos, a la inexistencia de la figura paterna, a lo largo de su niñez. Muchos de ellos han sido tratados con mucha permisividad o bien, aun, han sido estimulados a fin de que sean “bravucones” o bien pendencieros (en ocasiones, asimismo, por algún padre con rasgos psicopáticos enmascarados). En todo caso, alguno de sus educadores les transmite la idea de que para “triunfar o bien sobrevivir” hay que pisar a el resto (así sean hombres o bien mujeres). El fenómeno del sexismo guarda una enorme relación con el complejo de Clitemnestra masculino y la popular figura del marqués de Sade sería un caso distorsionado o bien exagerado de hombre con dicho complejo.
