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- Categoría: PSICOLOGIA (WIKINFO)
Bogifobia
La bogifobia es una fobia que se define como un persistente y también irracional temor a lo sobrenatural y las leyendas urbanas como los asustadores de pequeños, o bien los espectros y monstruos imaginarios, propios de los temores infantiles. Etimológicamente la palabra bogifobia viene del palabra del heleno f?ß?? que significa temor y de la palabra anglosajona "bogeyman" que se refiere a un asustador de pequeños que avizora a sus víctimas en los rincones oscuros de la casa como en el guardarropa, tras la escalera, la chimenea, o bien bajo la cama. Las reacciones de los bogifóbicos a menudo semejan irracionales a otras personas, e inclusive al propio perjudicado, puesto que para el planeta "los monstruos no existen", y las posibilidades de que una criatura amenazante aparezca de bajo la cama o bien del guardarropa para atacarlo cuando se vaya a dormir es absurda y también imposible. Los perjudicados de manera frecuente adquieren este temor en la etapa infantil por culpa de las amenazas de los adultos para supervisar el comportamiento de los pequeños que les lleva a amedrentarles con seres como el Bogeyman el hombre del saco. El ver películas de terror puede asustar a un infante frente a la complejidad de separar lo real de la ficción, al meditar que el monstruo o bien asesino del largo vaya a ir por él. Asimismo es un temor que se puede conseguir tras algún susto sorprendente o bien repetido en la niñez que le quedó gravado en el inconsciente, como puede ser la gracieta de un familiar que sale de algún sitio obscuro de la casa para atemorizar al pequeño. Asimismo puede deberse a un trauma infantil real que el inconsciente oculta tras la imagen de un monstruo. Que un pequeño sea víctima de un secuestro, o bien de abusos físicos o bien que haya sido testigo de algún otro acto violento puede crear a un bogifóbico. Este miedo tiene más fuerza normalmente cuando el perjudicado de la fobia se halla en solitario o bien a oscuras, con lo que en ocasiones está de manera estrecha ligado a la nictofobia (miedo a la obscuridad) y en casos más graves a ligofobia (terror a la obscuridad): la obscuridad les provoca inseguridad puesto que no ven lo que hay a su alrededor y una imaginación exuberante puede jugar con las sombras de los objetos y los sonidos del viento transformando la habitación de un bogifóbicos en un sinfín de amenazas para él. Suelen hallar seguridad con la compañía en una persona que les transmita calma y les reconforte, como en el caso de los pequeños pequeños lo es un adulto. Esta persona debe enseñar una actitud entendible y que les recuerde que no existe nada que vaya a atacarlos. En ocasiones es bueno repasar la zona que les genera temor como el guardarropa o bien mirar bajo la cama para asegurarles que no hay nada. Atemorizar al bogifóbico o bien burlarse de sus temores solo logrará que su fobia aumente y que además de esto se sienta incomodo y abochornado, impidiéndole asistir por ayuda cuando tenga temor para no percibir una postura negativa. Es de las fobias más frecuentes en pequeños pequeños, sobre todo en los infantes con mucha imaginación, y acostumbra a superarse en la adolescencia. Si la bogifobia pervive tras la preadolescencia, probablemente esté arraigado a un fuerte trauma infantil que va a ser preciso superar con un tratamiento o un acompañamiento terapéutico. Este miedo o bien temor empieza a ser perjudicial para el perjudicado cuando le limita en su vida.